Vas a adquirir un producto y estás valorando tu decisión entre dos marcas diferentes. Ambos productos son muy similares y satisfacen tus necesidades.
Tienes a un vendedor frente a ti, perfectamente trajeado, hablando en tono moderado y expresando sus ideas claramente.
Más tardes se te presenta otro desaliñado, con el traje arrugado y mal afeitado. Además, levanta la voz sin motivo aparente y se olvida de hacer pausas al hablar, utilizando en ocasiones una gramática que hace difícil la comprensión.
¿En quién confiarías para que te vendiera un producto de calidad?
LA ESCRITURA CUIDADA COMO SEÑAL DE CALIDAD
La expresión escrita de una empresa comunica al consumidor el grado de profesionalidad y atención al detalle que ella tiene. La presentación de un producto o una marca condiciona en gran medida la confianza que el cliente deposita en ellos, y es lo primero que ve. Los errores lingüísticos en la documentación del producto podrían producir un efecto negativo en la imagen que se pretende dar, y llevan al usuario a pensar que si la presentación es de mala calidad, el producto también puede serlo, aunque realmente no sea así. En este sentido, la documentación que precede o acompaña al producto es como el traje del vendedor.
“Es porque, cuando se vende o se comunica en Internet, el 99% del tiempo se lleva a cabo por medio de la palabra escrita” (Duncombe).
Según el testimonio del empresario de un comercio online, Charles Duncombe, la mala redacción puede afectar a las ventas de manera significativa. Duncombe aseguró a la BBC que, tras un análisis de las cifras de su sitio web con errores ortográficos, observó que las ventas se redujeron hasta un 50%, y aumentaron tras subsanar el error.
ERRORES ORTOGRÁFICOS EN LOS CORREOS ELECTRÓNICOS
En el caso de los emails, las faltas de ortografía podrían hacer que los filtros de correo consideren tu correo como spam o intento de phishing. Esto es así porque las faltas de ortografía y la mala redacción suelen ser un medio utilizado para esquivar los filtros de spam, o pueden deberse a que el timador no está escribiendo en su lengua materna, por lo que tu cliente potencial puede sospechar de la genuinidad del correo electrónico.
ERRORES LINGÜÍSTICOS EN LOS SITIOS WEB
En los sitios web multilingües, los errores ortográficos o gramaticales pueden afectar negativamente al posicionamiento web (SEO – Search Engine Optimization) del sitio. Estos pueden producirse cuando no se revisa adecuadamente el texto o cuando se utiliza un traductor automático o un traductor no nativo para traducir el texto a otras lenguas.
Por un lado, el posicionamiento, es decir, la visibilidad de tu sitio web en los resultados orgánicos de los buscadores como Google, depende de las palabras clave de búsqueda (keywords). Si su contenido no está correctamente traducido y los errores afectan a las palabras clave, el sitio web no aparecerá en las búsquedas de tus potenciales clientes.
Por otro lado, Google penaliza los errores ortográficos en su algoritmo de posicionamiento. Si quieres saber más, te recomendamos que visualices este vídeo de Matt Cutts, director del departamento contra el spam en web de Google.
La magnitud de las consecuencias de los errores ortográficos ha llevado a la empresa Typo Bay a una nueva idea de negocio: la de ofrecer un buscador de oportunidades en Ebay, es decir, subastas que no aparecen correctamente a causa de algún error ortográfico y, por tanto, reciben pocas pujas. De esta forma ofrecen la oportunidad de adquirir un objeto a bajo precio.
LAS REDES SOCIALES: LA VIRALIDAD DE LOS ERRORES ORTOGRÁFICOS
Las redes sociales son un canal muy dinámico de comunicación con tus consumidores. La gran cantidad de contenidos que se publican, así como el ritmo acelerado con el que se producen, hacen que pueda verse afectada la calidad lingüística del mensaje. Los comentarios, tuits o publicaciones bien redactados e ingeniosos generan un gran impacto y se extienden a gran velocidad. El problema es que los errores se hacen eco a un ritmo aún mayor. Una vez cometido el error, es casi imposible eliminarlo y detener su expansión, y esto puede afectar a la imagen de tu empresa a gran escala. La gran difusión y el efecto multiplicador tipo “bola de nieve” en las redes sociales, así como la imposibilidad de controlar o eliminar los contenidos una vez que han entrado en el circuito, son factores de los que debemos ser conscientes y que sugieren la conveniencia de revisar muy bien nuestros contenidos antes de publicarlos.
Un ejemplo es lo que le ocurrió a la compañía Ocesa Rock con una de sus newsletters. En ella, anunciaban a sus suscriptores el inminente concierto del cantante estadounidense Iggy Pop y su banda en México. En el asunto del email ponía:
‘¡Metallica e Iggy Popo juntos en la Ciudad de México!’
Uno de sus suscriptores se percató del error y lo compartió en las redes sociales, volviéndose viral.
ALGUNOS CONSEJOS
Mírate al espejo antes de salir
Por muy seguro que estés de que tu texto no contiene errores, no hace daño pasar el corrector ortográfico en busca de cualquier gazapo que se haya podido escapar. Sin embargo, esto solo es el primer paso del proceso, y no llega a ser una solución fiable al 100% para textos de cara al público. El corrector ortográfico no es la panacea en ningún sentido, y no es capaz de detectar todos los errores de índole gramatical e incluso ortotipográfica. A veces, ni siquiera reconoce ciertas palabras o idiomas. ¿Cómo solucionar esto?
Asegúrate de que te entiendan cuando hablas
Si deseas hacer una difusión multilingüe de tus contenidos, ten cuidado con los traductores automáticos y recurre a traductores profesionales especializados. Los traductores automáticos no pueden garantizar una calidad adecuada del contenido, no distinguen el contexto. La vasta mayoría de las veces resultan en una traducción general, pobre, poco fluida y llena de sinsentidos, por lo que requieren, como mínimo, una revisión (postedición) humana por parte de un hablante nativo.
Consigue a alguien que te diga que llevas los pantalones arrugados
A la hora de redactar cualquier tipo de contenido, cuenta con los conocimientos de un revisor cualificado que revise la versión final del texto antes de presentársela al consumidor. De este modo, se asegura la fluidez y se refuerza la corrección en la ortografía y el estilo. Algunos errores típicos que hay que vigilar son la falta o la colocación incorrecta de tildes, el uso incorrecto de la hache (haber – a ver, hechar – echar), problemas con la “b” y “v” (móvil – movil, absorver – absorber), el uso incorrecto (abuso) de mayúsculas, el uso inconsistente de puntos y comas o la formación incorrecta del imperativo… Pero también hay infinidad de errores involuntarios con consecuencias indeseables.
Controla tu tono de voz y tu dicción
Si vas a publicar en las redes sociales, contrata a personal que esté cualificado y que sepa redactar correctamente. No todo el mundo tiene el don de expresarse con el estilo o registro adecuado, y la diferencia se nota.
Cuesta mucho conseguir la confianza del cliente como para perderla a causa de errores ortográficos, tipográficos o gramaticales. Recuerda que tu cliente no puede saber si tu producto es de calidad antes de comprarlo, así que solo quedan tus palabras como reclamo para conseguir su confianza. Recuerda: el vendedor bien trajeado es el que consigue la venta.