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«No te preocupes. Mi primo es ingeniero y sabe algo de inglés, así que le pediré que me traduzca este manual de aeronáutica».
A lo mejor, alguna vez os han dicho algo parecido. Mucha gente piensa que cualquier persona con un mínimo nivel de inglés y con una carrera en el campo técnico (ingeniería, arquitectura, informática, etc.) o científico (medicina, farmacia, enfermería, etc.) puede realizar una traducción técnica o científica de calidad. La realidad es que la sociedad valora más la formación técnica o científica para la traducción de documentos que la formación lingüística. En el artículo de hoy, os explicaremos por qué compensa contratar a un profesional con formación lingüística y especializada.
Ingenieros vs. traductores
Antes de entrar en materia, veamos qué nos puede aportar un traductor y qué nos puede aportar un ingeniero:
Ingeniero | Traductor | ||
Pros | Contras | Pros | Contras |
Formación específica | Formación no lingüística | Formación lingüística | Formación no técnica |
Conocimiento terminológico | Dificultad para identificar dos realidades (cultura de origen y cultura de destino) | Conocimiento absoluto de las dos realidades (cultura de origen y cultura de destino) | Desconocimiento de parte de la terminología |
Proceso de documentación menor | Exceso de confianza en el proceso de documentación | Garantía de calidad (los dos textos dirán lo mismo) | El proceso de documentación es más lento |
Confianza del cliente | Desconocimiento de la anatomía de los textos | Amplio conocimiento de la especialidad técnica | Menos confianza por parte del cliente |
Un ingeniero mecánico tiene más conocimientos sobre la temática técnica que un traductor. Además, conoce de sobra la terminología porque la emplea cada día en su trabajo. Por ello, si el texto es altamente técnico, el más indicado para interpretarlo es un especialista. No obstante, tal vez no esté habituado a traducir ni sea experto en reproducir los contenidos con sus propias palabras. Quien alguna vez se ha atrevido a traducir, lo sabe: no es tan fácil como parece y hace falta práctica. Por tanto, es necesario que los conocimientos específicos de un ingeniero se complementen con un excelente nivel lingüístico y mucha práctica: debe conocer a la perfección su lengua de origen, la lengua a la que traduce, la fraseología de los textos técnicos, los false friends, etcétera.
También es posible que un traductor sea un especialista en una materia técnica. Si tiene mucha experiencia y a ello le suma una formación técnica, sería también el profesional idóneo para realizar una traducción técnica.
¿Los traductores tienen que hacer varias carreras?
Es conveniente aclarar este punto, porque tiende a provocar confusiones. Si los traductores quieren especializarse en un área específica, siempre es una buena idea que aumenten sus estudios. De hecho, como empresa de traducción establecemos y valoramos niveles de conocimiento específico en la materia cuando seleccionamos a los traductores para nuestros proyectos de traducción técnica. Estos conocimientos pueden adquirirse a través de otra carrera, cursos, seminarios, etc. Es cierto que, cuando un traductor se especializa en traducción técnica o en traducción científica, se dedica por completo a este sector. Esta dedicación y los años de práctica hacen que se convierta en un auténtico experto. Sin embargo, los traductores se caracterizan por ser seres muy curiosos y por sus ansias de conocimiento, por lo que no es extraño encontrar traductores que han estudiado la carrera de ingeniería porque querían convertirse en mejores profesionales.
Debido al desconocimiento de la profesión del traductor y a la poca importancia que se le da al conocimiento de las lenguas, la sociedad tiende a olvidar que para traducir es vital tener un conocimiento lingüístico muy amplio. Los conocimientos específicos de la materia y los lingüísticos deben estar siempre al mismo nivel.
¿Por qué compensa? ¿No sería más rápido contratar a un especialista aunque no sepa idiomas?
De la misma forma que no compensa contratar a un carpintero para que arregle una tubería, contratar a alguien que no tiene conocimientos lingüísticos para que realice la traducción de un manual técnico podría ser un arma de doble filo. ¿Por qué? Pues porque habría que contratar a un especialista para que revisara el documento y lo corrigiera (o lo tradujera de nuevo). Esto impediría que la traducción estuviera lista para la fecha límite que estaba establecida, con lo que podría afectar a cuestiones de la empresa. Además de todo esto, el precio final de la traducción aumentaría. Habría que pagar la chapuza y la nueva traducción.
Entonces, ¿a quién debería encargarle una traducción técnica?
Elegid al profesional que tenga al mismo nivel sus conocimientos técnicos y lingüísticos, porque es al que podréis exigirle calidad. Si contratáis a alguien que no cumpla este requisito, no podréis exigirle nada. Vuestro texto no merece ser mancillado.
Errores en traducción técnica
La traducción técnica cuenta con una serie de errores-estrella que son tradicionales. Os hacemos una selección de los más célebres:
1. BILLION
Cada vez que un traductor ve este término, un escalofrío recorre todo su cuerpo. La tentación de traducir billion por billón es muy fuerte, pero debéis resistirla. Tened esto siempre presente: billion equivale a mil millones, no a un billón.
2. DECIMALES: ¿COMAS O PUNTOS?
La eterna pregunta: ¿la coma y el punto no tienen la misma función?. Hay que conocer la puntuación específica de cada lengua, porque lo que es correcto en una tal vez sea incorrecto en otra. El problema es que la puntuación en inglés parece querer imponerse, y cada vez son más los medios de comunicación que utilizan un punto (.) para separar los decimales de las unidades. En español, lo correcto es utilizar una coma (,).
3. UNIDADES DE MEDIDA
Este es un punto importante, ya que en todos los textos técnicos aparecerán unidades de medida. No todos los países tienen las mismas unidades de medida, por lo que siempre se debe consultar si las unidades del país del texto origen son las mismas que las del país de la lengua de destino. Un error típico es no cambiar las millas a kilómetros cuando traducimos desde el inglés.
4. FALSE FRIENDS
Si hablamos de clásicos, los false friends no pueden faltar cuando hablamos de errores en traducción técnica. Aquí tenéis algunos ejemplos:
- Remove ≠ remover
La traducción correcta sería quitar.
- Exit ≠ éxito
Exit quiere decir salida. Además de en traducción técnica, este fallo aparece en otras temáticas.
- Support ≠ soportar
En algunos textos especializados, traducir support por soportar es un error. Lo correcto sería ser compatible con.
Hoy en día resulta imposible esconder los errores de traducción. Vivimos en la era digital y cualquiera puede hacer una foto o compartir un fallo de traducción en unas instrucciones. Os dejamos unos errores de traducción técnica que terminarán por convenceros de que nada ni nadie puede sustituir a un auténtico profesional:
Esperamos que hayáis disfrutado y aprendido con esta entrada. Si queréis saber algo más, no dudéis en escribirnos.
¡Hasta la próxima!
2 Comentarios
Muy interesante artículo, creo que tanto un traductor profesional o ingeniero u otro profesional técnico, puede desarrollar las competencias que tenga más débiles, el técnico en la metodología de traducción y el traductor en ampliar y fortalecer la parte técnica, para lo que podría especializarse sin tener que estudiar la carrera en sí. Ambos si son son buenos profesionales, éticos y comprometidos, podrán desarrollar las competencias necesarias para hacer un trabajo de calidad. Saludos
Totalmente de acuerdo. La formación y la especialización son clave para el crecimiento profesional, y la combinación de habilidades técnicas y lingüísticas en el campo de la traducción puede ser altamente beneficiosa. La dedicación y el compromiso son esenciales para prestar un trabajo de calidad. ¡Saludos!