A menudo, los residentes extranjeros tienen que presentar a las autoridades documentos públicos que se emitieron en otro país, como la partida de nacimiento, los títulos académicos o los certificados de antecedentes penales.
Cuando no existe ningún tratado entre ambos países, hay que legalizar los documentos para que tengan efecto. La legalización es un acto administrativo por el que se da validez a un documento público tras comprobar quién es el firmante y la autenticidad de su firma. El proceso depende del tipo de documento, y en él pueden intervenir las autoridades de ambos países. Además, hay que consultar a la embajada o consulado si la traducción jurada oficial es válida o también hay que legalizarla.
Muchos estados han firmado acuerdos para simplificar los trámites de este proceso, que puede ser largo y engorroso. El más conocido es el Convenio de La Haya de Supresión de la Exigencia de Legalización en los Documentos Públicos Extranjeros. Con este tratado ya no es necesario legalizar los documentos públicos para que se reconozcan y tengan efecto en otros países firmantes. En su lugar, se requiere:
- Apostilla de La Haya, una certificación que acredita que la persona que firma el documento original existe y está autorizada para firmarlo.
- Traducción jurada tanto del documento como de la apostilla si el documento va dirigido a un país con otra lengua.
Desde el 16 de febrero de 2019, en todos los países de la Unión Europea se aplica el Reglamento (UE) 2016/1191, el nuevo reglamento que simplifica la libre circulación de las personas dentro del espacio europeo. Con esta normativa, se estandarizan los impresos relativos a los siguientes tipos de documentos:
- Partidas de nacimiento
- Documentos de fe de vida
- Actas de defunción
- Actas de matrimonio y uniones de hecho
- Certificados de estado civil
- Volantes de empadronamiento
- Certificados de antecedentes penales
- … y similares.
Si tienes uno de estos documentos original de un país de la UE y necesitas presentarlo en otro, ya no hace falta la apostilla de La Haya ni tampoco traducción jurada. Solo tienes que presentar el documento original o una copia compulsada junto con un impreso estándar, que ya incluye una leyenda multilingüe con una terminología consensuada para facilitar su comprensión.
Con el nuevo reglamento europeo de documentos públicos, ¿necesito un traductor jurado?
La nueva normativa pretende suprimir el esfuerzo y coste de la traducción jurada para los ciudadanos europeos. Las administraciones europeas deben facilitar impresos estándar multilingües para los documentos más comunes, como actas matrimoniales o documentos que certifican la ausencia de antecedentes penales. Con estos impresos ya no hace falta traducir el documento original.
No obstante, cualquier documento oficial que no esté estandarizado seguirá necesitando una traducción jurada:
- Actas notariales
- Denuncias, recursos, sentencias y otros documentos judiciales
- Herencias y certificados de herederos
- Títulos académicos
- Registros y otros documentos de sociedades mercantiles
- entre otros.
Si necesitas más información sobre la traducción jurada de documentos públicos, contacta con nosotros. Estaremos encantados de ayudarte.