No es ciencia ficción, los robots y la inteligencia artificial están transformando las ciencias de la salud. Ya tenemos a nuestro alcance un sinfín de dispositivos que nos impulsan a mejorar nuestros hábitos de vida, y esta es una tendencia que parece haber llegado para quedarse. ¿Verdad que conoces a alguien que controla su dieta con una aplicación? ¿O has escuchado que hay personas que realizan ejercicios en casa a través de un plan de entrenamiento obtenido con el móvil? Los formatos, objetivos y procedimientos son infinitos, y a continuación te mostramos algunos ejemplos:
- Aplicaciones que animan a cuidarse y mantenerse en forma.
- Inteligencia artificial en la detección precoz de enfermedades como el cáncer, mamografías 30 veces más rápidas con una fiabilidad del 99%.
- Dispositivos y tecnología que pueden llevarse encima (wearables) para monitorizar pacientes.
- Sistemas de aprendizaje automático como IBM Watson Health, que recopila y revisa toda la información médica disponible para aplicarla en los diagnósticos, o DeepMind Health de Google, que construye potentes algoritmos de aprendizaje en redes neuronales que imitan el cerebro humano.
- Inteligencia artificial con modelos de reconocimiento para analizar datos, identificar pacientes en riesgo y tomar decisiones.
- Robots que acompañan y facilitan la autonomía de las personas mayores.
- Inteligencia artificial en la investigación de fármacos para reducir el tiempo y coste de su comercialización.
- Simulaciones realistas para formar profesionales de la salud.
La robótica y la inteligencia artificial son cada vez más sofisticadas, pueden realizar muchas de las tareas llevadas a cabo por los seres humanos, pero de forma más efectiva, más rápida y con un coste menor. Su potencial es inmenso, en cualquier ámbito, desde la medicina hasta la traducción. La evolución vertiginosa de la tecnología nos obliga a adaptarnos a un mundo cada vez más automatizado.
La traducción en la tecnología avanzada de la salud, una cuestión de vital importancia
En el ámbito biosanitario, la confianza es la base de la relación médico-paciente. El paciente espera que su médico actúe de manera fiable, con precisión y que explique todas las opciones y decisiones tomadas. La misma exactitud y transparencia debe exigirse a cualquier aplicación, robot o dispositivo con inteligencia artificial que trabaje en este ámbito.
Además, hay que cuidar muy bien cómo incorporar la inteligencia artificial en todo el proceso para que no se pierda la confianza. ¿Cómo te sentirías si tu médico buscara en Google las respuestas a todas tus preguntas? La inteligencia artificial debe ayudar al facultativo en la toma de decisiones, no reemplazarlo.
¿Y si los robots hablan en otro idioma?
Estamos acostumbrados a manejar dispositivos y aplicaciones multilingües, con un claro predominio del inglés como lengua de intercambio internacional. A veces interactuamos con una aplicación en un idioma que no dominamos porque el nuestro no está disponible, otras veces detectamos errores fruto de una mala traducción.
¿Podemos confiar nuestra salud a una solución tecnológica si encontramos problemas lingüísticos que dificultan la comunicación?
La traducción juega un papel vital en el área de las ciencias de la salud. Es un sector con un altísimo nivel de especialización, donde se utiliza un lenguaje muy preciso y complejo que evoluciona con los avances científicos y tecnológicos.
Debido a la necesidad de actualizar continuamente sus conocimientos, los profesionales de la salud aprenden los nuevos conceptos en el idioma de publicación y suelen mantenerlo en su uso diario, por lo que desconocen las formas equivalentes en su propia lengua. Por otro lado, conservar todos los términos en la lengua original causa dificultades de comprensión a quienes no dominan este idioma. Así pues, es habitual encontrarse ante el dilema de traducir o no traducir, y la mejor estrategia dependerá del público destinatario del texto. En cualquier caso, es muy recomendable realizar siempre una investigación extensa acerca de los términos publicados con anterioridad.
Al introducirse la digitalización, la robótica y la inteligencia artificial en las técnicas médicas y en sus dispositivos, la traducción en este campo se vuelve mucho más exigente. Se combinan los procesos de localización de software, sobre todo en el caso de las aplicaciones de salud y bienestar, con los lenguajes altamente especializados de áreas como la medicina, la ingeniería, la informática avanzada y las ciencias de la comunicación.
Esta complejidad aumenta la dificultad de traducir con la calidad indispensable para no poner en riesgo la salud. Para una traducción tan especializada solo se puede confiar en profesionales que cumplan las siguientes características:
1.
Tener una formación específica en la especialidad concreta (medicina general, farmacología, instrumentos médicos, diagnósticos, oncología, cardiología, etcétera).
Tener un dominio de los idiomas de trabajo, tanto de la lengua común como de la terminología propia de la especialidad.
3.
Conocer las técnicas y los procesos de localización de aplicaciones y programas informáticos.
4.
Estar familiarizado con la inteligencia artificial y la robótica.
La inteligencia artificial y los sistemas de aprendizaje automático también están revolucionando el mundo de la traducción. Las herramientas de traducción asistida por ordenador y los motores de traducción automática cada vez obtienen mejores resultados, aunque son necesarios los traductores y correctores humanos para garantizar la calidad que exige cualquier documento, aplicación o programa que repercuta en el bienestar y la salud.
Cualquier error de traducción puede tener una repercusión directa en la salud de los pacientes. ¡No te la juegues!